jueves, 17 de febrero de 2011

Septima entrada. "Reflexiones de un insomne".

Llevo un par de días durmiendo más bien poco, unas veces por mí, otras por mis compañeras de piso, pero ese no es el problema. El problema es que cuando pasas  tantas horas despierto el cerebro no rinde como para trabajar, estudiar, y con tantas horas por delante te pones al día con las series y las películas, incluso te pasas poniéndote al día y te queda tiempo libre para pensar.

Hay quien dice que pensar demasiado, no es bueno, que nos hace daño. Bueno, eso es cierto a medias, ya que el problema es que cuando piensas demasiado lo que sucede es que ves las cosas desde un punto de vista normalmente menos agradable de lo que quisiéramos. Y eso es exactamente lo que me ha pasado estos días. Demasiadas horas despierto y sin ocupación han dado lugar a la reflexión profunda, que no necesariamente correcta, de algunas cosas.

Por cuestiones de privacidad, no las trataré en detalle pues se que cuando relea esto dentro de "x" años, sabré a qué me refiero.

El caso es que después de pasarme todo el día de San Valentín riéndome de la estupidez de ser especialmente romántico ese día me vino a suceder lo impensable a altas horas de la noche, rozando la madrugada. Ella decidió darle una patada a mi puerta olvidándose del timbre para hacer que mi mundo que empezaba a estabilizarse se tambalease.

La noche empezó perfecta, nos dejamos de juegos, hablamos con el corazón (al menos lo puedo asegurar por mi parte) y se vislumbra una luz de esperanza, una forma de sacarnos esa espina del tan conocido por todos: ¿Y si…?  El caso es que tantas horas despierto me han llevado a observar y, a pensar seguramente muchas tonterías, en solo un par de días. Así que si estás leyendo esto espero que entiendas la base de estos pensamientos antes de formarte una idea equivocada.

Es pronto para decir como están las cosas sobre todo porque existen complicaciones añadidas además de la distancia. Pero lo que no es pronto para decir es que tengo miedo, no tengo miedo a estar con ella, tengo miedo a que juegue conmigo, con mis sentimientos. Por eso también en parte puede que me dé por darle demasiadas vueltas a la cabeza y vea dragones donde no los hay. Pero es mi naturaleza recelosa, la vida me ha enseñado que todos ocultamos algo, y lo peor que todo ser humano miente. Eso no sería tan grave si no fuese porque, por mentir el ser humano miente sobre todo a las personas que más se preocupan por ellas, y al final eso se traduce en dolor. Y me guste más o menos, y le guste más o menos a ella, me preocupo por ella.

He intentado de todo por odiarla, por distanciarme y por olvidarla… pero no ha funcionado cada vez que he visto su foto o su nombre, ya sea a través de facebook, tuenti, o MSN, solo he podido pensar en si hablarle o no. He llegado incluso a hablar mal de ella a las dos personas de mi confianza con quienes he hablado de ella, tal y como le confesé a ella esa noche de San Valentín, y todo con tal de auto-convencerme de que solo estaba jugando conmigo y que no merecía la pena preocuparme por ella, que tendría que pasar de ella, pero por lo visto en estas cosas sigo siendo demasiado débil como para controlarme a mi mismo.

He tomado una decisión: jugaré con ella a ser felices, y pensaré lo justo para dejarme llevar. Será lo que tenga que ser, si funciona seremos felices, y si no… recogeré mis pedazos los volveré a juntar y volveré a luchar por ponerme en pie y seguir adelante.


1 comentario:

  1. ole ole y ole!!!!un aplauso por esa fuerza de voluntad ke tienes....yo te apoyo en todo,y siento decirtelo pero: TU VES COMO YO TENIA RAZON!!!!!por otra parte decirte que...si sale bien me alegrare un monto,porke te lo mereces,pero sino sale bien yo estare ahi para apoyarte!!!!don't worry!!!me ha encantado esta entrada,una de las mejores!!!
    por cierto, tengo k decir sobre lo escrito en la entrada, que te comprendo,yo tb lo tendria...pero como tu m dices siempre,hay k arriesgarse y dejarse llevar si realmente kieres algo!!!!!:)

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