domingo, 6 de febrero de 2011

Segunda entrada. Así sí, y así no.

Para empezar, pedir disculpas por la torpeza de la configuración del "blog", aun estoy aprendiendo y prometo que poco a poco mejorará.

Hoy hablaré de un tema que por desgracia veo en mucha gente que no importa, o eso dicen,  política. Más concretamente, la política en España. Aunque pensándolo bien lo que hoy plasmaré aquí es perfectamente aplicable a cualquier democracia.

El mayor problema de la democracia es esa separación partidista en dos bandos, derecha e izquierda, con ideas enfrentadas en su mayoría que de alguna forma siempre acaban perjudicando a la mayoría de la ciudadanía. El bipartidismo es un problema y grande, pero no porque siempre gobiernen los mismos, pensar que ese es el verdadero problema es un error, el problema es que la política de ambos bandos está demasiado descompensada. Analicemos a "grosso modo" las inclinaciones políticas de cada uno de los bandos en los dos ámbitos que definen la estabilidad y el bienestar de un país cualquiera, la economía y los asuntos sociales.

Empecemos por la derecha por ser normalmente el partido más criticado. En asuntos sociales, tienen su punto flaco, se dedican mayormente, debido a su enfoque conservador, a recortar todas aquellas libertades sociales que para ellos, sobretodo desde el punto de vista religioso, son inmorales. Mal muy mal, el pueblo ha sido quien les ha elegido y su labor debe ser siempre, siempre, trabajar por y para el mismo, por su libertad y su bienestar. Por desgracia este bando no suele recordarlo muy a menudo. Comentada su gran flaqueza vayamos con su punto fuerte, la gestión económica. No sé a que achacarla pero desde luego la experiencia en el tiempo ha demostrado que la derecha siempre ha sido capaz de solventar con su gestión económica cualquier crisis de esta índole. ¿Cómo lo hacen? Sencillo recortando gasto público. Economía básica, si este mes me falta dinero, gastaré menos con tal de recuperar lo que me falta para no tener que pedir prestado a nadie. Y su primera medida suele ser la misma siempre, congelar de forma temporal los salarios de los funcionarios.Pero lo que los hace realmente eficientes y efectivos en este campo es el hecho de que no se complican la vida buscando soluciones que agraden a todos, ya que "nunca llueve a gusto de todos" y lo saben, sino que buscan la solución que mayor bien supondrá y la aplican tan pronto como el resto de partidos las aprueban, sin titubeos. ¿Significa esto que no hacen nada de gasto público? No, en absoluto. Significa que lo hacen, pero lo hacen poco a poco, dando tiempo a que las arcas se recuperen entre inversión e inversión. Y hasta aquí mi análisis sobre estos dos puntos de la política de derechas.

Continúo pues con la izquierda. Y lo haré como he empezado anteriormente con su política social. En este caso se da justo la situación contraria, tenemos una tendencia política que se preocupa por su pueblo y que quiere lo mejor para el mismo, optimista y cargado de buenas intenciones. Busca la libertad, la diversidad, la integración y la igualdad para el individuo. Mi enhorabuena más sincera por esto a ellos. Por desgracia todo ese optimismo y esas buenas intenciones se les suelen ir de las manos debido a su entusiasmo, y esto es lo que hace que el apartado económico sea su talón de Aquiles. En el apartado económico pecan de optimistas e impulsivos y a veces de inseguros. Tienen propósitos sociales muy nobles, muchísimo, pero en el mundo real hace falta el dinero para llevar a cabo dichos propósitos, no bastan las buenas intenciones. Su problema no es que quieran ayudar a todos los más desfavorecidos, no, ese no es el problema, su problema es que quieren ayudarlos a todos a la vez, y eso implica vaciar las arcas del estado tan rápido que no les da tiempo a recuperarse lo que les obliga a pedir prestamos a los bancos, y por ello a endeudar la hacienda pública, y no olvidemos, que hacienda somos todos, ya que todos pagamos esos impuestos que llenan las arcas del estado para seguridad social, sanidad, educación... Porque hasta el que no trabaja paga el IVA cuanto menos. ¿Y que es lo primero que suele hacer un gobierno de izquierdas para subsanar sus arcas? Subir los impuestos, con tal de no recortar el gasto social que había empezado a hacer, lo que estrangula la economía doméstica de la familia media, media-baja. Y hasta aquí mi análisis sobre estos dos puntos de la política de derechas.

En conclusión, que es lo que realmente necesita la sociedad un partido, o una serie de partidos con una mentalidad equilibrada en estos dos puntos, un partido que con sus acciones demuestre ser de centro, puesto que como se puede observar a diario tanto la izquierda como la derecha tienen graves carencias, que un partido con una mentalidad equilibrada podría solventar. Esto es ni más ni menos que, coger el programa social de la izquierda y aplicarlo de acuerdo al criterio económico de la derecha. Llevaría mucho más tiempo alcanzar tales metas, pero se alcanzarían sin perjudicar al ciudadano medio.

1 comentario:

  1. Yo soy una de esas personas que saben más bien poco sobre política. No porque no me interese, sino más bien porque hay cosas de un bando y otro que, por más que me esfuerzo, no consigo entender, lo cual me lleva a la frustración, de ahí paso al cabreo y, finalmente, a la indiferencia.
    En cuanto a la solución que propones he de decir que, obviamente, me parece estupenda, aunque un tanto inalcanzable hoy en día (al menos esa es la impresión que yo tengo). Uno de mis profesores de árabe, hablando sobre la situación de España, y la respuesta del gobierno ante ella, nos comentó su teoría al respecto: la rotación de partidos en el poder. Como he dicho, yo no entiendo mucho del tema, pero no lo considero una locura. Es cierto que se puede pensar que nuestras libertades serían limitadas, y que muchas cosas por las que se lleva tiempo luchando se podrían perder, pero quizás un punto intermedio entre un extremo y el otro no sería del todo negativo. Es decir, cuando haya constancia de que la política llevada a cabo en ese momento sea incorrecta o perjudicial, ese partido quede, por decirlo de algún modo, relegado a un segundo plano, mientras que sus opositores tengan potestad para intentar solucionar esos problemas.(Admito críticas. Incluso destructivas)
    Por cierto, un apunte lingüístico que, considero, merece la pena destacar: la locución “grosso modo” nunca va precedida por la preposición “a”.

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